viernes, 2 de diciembre de 2011

Tijuana Makes Me Happy

Convencí a mis amigos de hacer un road-trip desde San Francisco a Tijuana. Hicimos escala en varias locaciones del estado de California. Hollywood, Beverly Hills, Santa Barbara, Los Angeles, Sunset strip, Santa Monica Boulevard, San Diego. La joya de la corona, Tijuana. El shockeante contraste al pasar de una ciudad a otra sólo es comparable con el contrastante cruce por las fronteras. Mientras que el cruce de San Diego a Tijuana solo demandó disminuir la velocidad a 5 km/h aproximadamente durante treinta segundos; con la gran mayoría de los automotores recibiendo la benevolente aprobación de un guardia fronterizo mexicano y bonachón, invitando a los extranjeros a derrochar dinero en su Tierra. El cruce de Tijuana a San Diego requirió, por el contrario, una espera aproximada de 2 horas en un trayecto inferior a un kilómetro. Un par de intimidantes semáforos deteniendo el flujo automotor, así como el exquisito chequeo de los documentos de migración por parte de un gringo con actitud. Y en nuestro caso, además, un desafortunado second check que nos consumió aproximadamente otros 45 minutos de nuestro valioso holiday.

Ese fué sólo el regreso. Ese fué el fin de la travesía. Pero muchas horas antes de ese punto la fortuna de estudiar en el pais vecino y de vivir con extranjeros se hizo notar. Como anfitrión de mi país aprendí a verlo desde una perspectiva diferente. Aprendí, desde los ojos de un Nigeriano, que la pintura roja y verde predomina en la fachada de las casas y locales comerciales de México. De los ojos de un Indio, entendí que la pobreza de su país no es tan diferente de la del nuestro. Reforcé mis prejuicios y comprendí nuestros valores. Al ver pasmados a unos extranjeros contemplar a todo el club mientras este se alzaba y coordinaba para baliar al paso de Caballo Dorado, enseñé el valor de la cultura y demostré la debilidad del país vecino. América no es la tierra de las oportunidades. Las oportunidades se dan en la Tierra. Y la tierra que más oportunidades ofrece es la tierra que menos desarrollada se encuentra. Quién mejor que uno para reconocer las debilidades de la tierra de uno. Quién mejor que tú para aprovechar las oportunidades que se te presentan. Me quedó un aprendizaje grande.


Y esto porqué viene a colación? Parte de la experiencia de estudiar en el extranjero; que si bien no la más importante profesionalmente, sí la mas importante personalmente, es la de viajar, empaparse con otra cultura y aprovechar cualquier momento para conocer diversos rincones del pais sede. Aprovechar el año patrocinado por la familia, empleador o uno mismo y salir a pasear. El viajar de mochilazo o con un bajo presupuesto adquiere un nuevo significado. De hecho, no encuentro motivo alguno para viajar con un presupuesto holgado. Es mejor sumergirse en la otra cultura desde las raíces que superficialmente e intentando conservar el status-quo. El mochilazo permite conocer la cultura desde adentro. Vivir como los residentes. Respirar las angustias, pesares, goces y disfrutes de los ciudadanos.

En mi caso, retornar a la madre patria despues de tres meses de auscencia, me obligó a poner los pies sobre la tierra. Me recordó una perspectiva que al parecer había olvidado. Es cierto, América, con su sistema estructurado y funcional, permite un flujo constante de proyectos. Por el contrario, México y Latinoamérica en general, con sus sistemas desorganizados pero en movimiento, ofrecen un caldo de cultivo para el crecimiento. En un lugar todo parece fresco y nuevo. En otro lugar todo se muestra viejo y experimentado. Pero ya sabes lo que dicen: "What happens in Mexico... Stays in your heart".

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