miércoles, 18 de diciembre de 2013

La Cruda Más... de mi Vida

Después de más de dos años, hace un mes regresé de San Francisco. Si has seguido este blog, como yo sentirás que la aventura fue tan efímera como enriquecedora. No nada mas cambió mi físico, cambió también mi mentalidad. Por supuesto, se amplió mi criterio. Pero sobre todo, cambió mi alma.



Durante estos dos años hice cosas que en mi vida había pensado relizar. Por ejemplo; compré ropa usada. Puse un pie en el Ejercito de Salvación, y también en un Templo Budista. Usé playeras con la marca de una compañía. Bailé al ritmo de rap y hip hop. Lavé y pulí un coche ajeno y atendí un camión de comida. Por supuesto, también pagué un dólar por ver a una bailarina exótica totalmente desnuda durante un inolvidable minuto.

Pero no todo fue nuevo. También continué haciendo más de lo mismo. Escribí y dibujé. Bailé ridículamente salsa, merengue, reguetón y metal. Coquetié y forniqué. Sudé y bicicletié. Consumí música como desquiciado. Bebí y crudié. Estudié y trabajé. Lloré, pelié y reí. Y cuando no tenía nada mejor que hacer, comía y lo demás.

Y hace poco más de un mes regresé a la ciudad que me vió nacer y crecer. Y por más ebrio que me haya puesto en mi vida. Nunca antes había sentido una cruda de este tamaño. La cruda de volver a este país. A esta ciudad.

No es solamente el cambio de sistema. No es el caos de la ciudad, ni la agresividad del sol o de los automovilistas. Tampoco lo es el mal estado de las calles, el ruido, el sistema bancario con su pésimo servicio a clientes o el detestable servicio de Internet. Mucho menos el radio, los periódicos y la televisión con sus irreverencias e inconsistencias. Tampoco haber vuelto al viejo barrio, a las viejas calles y los viejos amigos.

La cruda mayor vino al abrir los ojos y sentirme ajeno a una realidad. A una realidad donde, habiendo cambiado poco o mucho, mi sentimiento de ennajenación se multiplicó. No es que fatuamente esté negando mis raíces. Es que el mundo, y la realidad, tanto se engrandecieron como empequeñecieron. Mas allá de los cambios en las dimensiones físicas o relativas, mis valores tomaron otra tangente. Mis miedos se volvieron fortalezas. Mis fortalezas, debilidades. Mis preocupaciones evolucionaron en metas y objetivos. Mis objetivos se volvieron realidades.

Ese fué el camino que elejí. El aprendizaje interno sigue siendo indescriptible. Sólo tú lo podrías entender.


miércoles, 11 de septiembre de 2013

Dicen que Facebook Provoca Infelicidad


Pero yo no lo creo. No es cierto que Facebook provoca infelicidad. Mas creo que Facebook provoca fatiga emocional.

Por otro lado, también soy un poco reservado con mis "Me gusta". La verdad es que no comparto mucho de lo que te gusta. Pero si te tengo como amigo en Facebook, es porque probablemente me caes bien, o al menos, me interesas.

¿Cuál es el tipo de Facebook post que me gusta? No lo sé. Depende de mi humor y de mi tiempo. Los cuales no son siempre estables o gratuitos. En ese orden y viceversa.

La razón por la que no posteo tanto en Facebook es porque no quiero sobre saturarte. Suficiente saturación tenemos como para seguir cooperando.


Además, prefiero mantenerme al margen de los posts genéricos o sobreexpuestos. Por ejemplo, toda la gama de posts optimistas. Con sus variantes sobre el "verdadero" amor, amistad, felicidad, vejez, madurez, paternidad o moralidad. No es que esté amargado. De hecho me encanta la vida. Pero la vida tiene tonalidades, y los mismos tonos a veces aburren.

Mucho, pero mucho, menos quiero mezclar mi actividad en redes sociales con el clásico y seudo-hedonista post de alimentos y bebidas. Generalmente fotos de pésima calidad que huelen a digital. ¿Has oído hablar de Instagram?

Tampoco me gustan los posts anti-políticos. Pa'qué!

Y bueno, nada más que agregar sobre las fotos intensamente divertidas. La felicidad se comparte, no se presume.

Los que generalmente sí disfruto son los posts musicales. Aquellas añejas o modernas canciones compartidas desde Youtube o similares. Lo único que a mi parecer coopera con el cansancio es cuando se trata de canciones de añoranza; Mecano, Depeche Mode o Eminem, por ejemplo. Exceptuando aquellas que tienen un contexto interesante. Para el cual no tengo un prejuicio, mientras se mantenga auténtico.

Fútbol. Fútbol? o_O

Ya lo sabes. La próxima vez que me invites a ver televisión, o en su defecto, a ver tus posts en Facebook. No te ofendas si le cambio de canal. Es que a lo mejor estoy en otro canal.


domingo, 2 de junio de 2013

El Estereotipo Mexicano Moderno

Hace muchos meses me topé con un estudio sociológico sobre los sueños de los Mexicanos. La intención inicial de dicho estudio; patrocinado por la revista Nexos, es definir la identidad mexicana mediante el análisis de las motivaciones y perspectivas sociales e individuales. Se entrevistó a casi 2 mil personas en temas como el individuo, la famila, el país, el gobierno, la identidad nacional, regional y política. A mi parecer, arroja una reveladora luz sobre los estereotipos mexicanos modernos.

Es la primera vez que encuentro un estudio de tal magnitud; con la intención de definir a la sociedad mexicana y sobretodo, aplicando una metodología científica. Como muchos otros mexicanos; ya sea por unos medios mal informados o por la escasez de estudios similares, crecí identificándome con grupos sociales definidos por sociólogos y/o mercadólogos norteamericanos. Por ejemplo los baby-boomers, los hippies, los yuppies, las generaciones X y Y, las soccer moms y las mommy bloggers, los hipsters, emos y ahora, los millenials. Todos estos grupos han sido definidos, estudiados, estigmatizados y por supuesto, bombardeados con infinitas tácticas mercadológicas. Pero su aplicación a México, o incluso Latinoamérica, dista mucho de la realidad. La idiosincracia y valores de estas regiones son muy distintas y no se deberían segmentar de la misma forma. Es esa la gran virtud de este estudio.

El estudio identifica cinco segmentos existentes en la sociedad Mexicana contemporánea. A mi parecer, reflejando atinadamente los temperamentos de la mayoría de las personas que me han rodeado. A continuación, comparto dichos estereotipos mexicanos modernos. Traté de aderezar dicho estudio con algunas imágenes de los memes mexicanos más representativos.

Cabe destacar que dicho estudio clasificó a los grupos de la siguiente forma: 1) Los nostálgicos tradicionalistas, 2) los soñadores sin país, 3) los pesimistas indolentes, 4) los optimistas sobre el futuro, y 5) los nacionalistas inconformes. Me limité a reetiquetar a los mismos grupos en base a un criterio subjetivo. Esta distinción no representa mi opinión, pero sí un poco mi sentido del humor.

Estereotipo mexicano #1: La ñora

Los nostálgicos tradicionalistas
El grupo mas grande con 30% de la población. Generalmente se trata de personas adultas de clases bajas con poco acceso a la información. Con una creencia mas fuerte en el México del pasado, estan conscientes de la riqueza del país. Están convencidos que México podría ser una potencia mundial. Por lo mismo, uno le debe al país, no el país a uno. Aunque el país parece estancado, consideran que tiene dirección.




Estereotipo mexicano #2: El activista

Los soñadores sin país
Comparte con los nostálgicos tradicionalista el hecho de que en México cada quien jala por su cuenta. La característica principal de este grupo es su autoestima en términos de como encaran el futuro. Aunque este grupo tiene acceso a ciertos recursos, su principal motor es su fortaleza interna. Sin embargo, reconoce que el país no tiene un rumbo, por lo que si pudiera se liberaría del mismo cuanto antes.





Estereotipo mexicano #3: Los fresas informados

Los pesimistas indolentes
El grupo con más acceso a la información. Gracias a sus posibilidades económicas y a su alto consumo de información local e internacional, consideran que el país esta perdido, por ende su prioridad son sus intereses personales y familiares. Aunque no tienen el empuje de los cheguevaristas (o soñadores sin país), consideran que la educación es el principal motor del cambio. Sin embargo ellos poco o nada pueden hacer. Por eso, lo mejor es la realización personal y familiar.





Estereotipo mexicano #4: Los luchones

Optimistas sobre el futuro
México es un país con rumbo y no nada más eso, México se mueve en cuarta velocidad. El esfuerzo personal es el principal motor para conseguir sus metas, no importa tanto la corrupción, o la calidad de la educación. En comparación con la situación de los abuelos, la situación del país ha mejorado mucho. Ahora tenemos acceso a tecnología y a mercados mundiales. Los mexicanos destacan cada vez mas en diversos aspectos deportivos, sociales, culturales y empresariales.




Estereotipo mexicano #5: El carnal

Nacionalistas inconformes

México nada mas no se puede. La corrupción, la mala educación, el mal gobierno, los empleos mal pagados, e incluso el esfuerzo de todos es insuficiente. Para este grupo es inconcebible la situación del país, cuando se cuenta con una riqueza inmensa. Los gringos? no necesitamos de ellos para salir adelante. Lo principal es acabar con la corrupción y que se respeten las leyes. El país muestra una desigualdad descomunal que le impide avanzar.




En esta ocasión quise retocar el tema de los estereotipos sociales. En tanto que es uno de los temas que me apasionan por diversas razones. En primer lugar dado que son una herramienta indispensable en la ardua labor de mercadeo. En segundo lugar dado que, como sociedad, a veces nos entendemos como individuos, cuando en realidad nos deberíamos de entender como asociados. Nuestras conductas son mas bien dictadas por un hilo invisible relacionado con nuestra posición social, nuestra situación laboral o profesional, nuestras relaciones familiares e incluso por amistades y enemigos. Dicho de otra forma más poética, somos el reflejo de nuestro entorno.


Algo queda muy claro, y es que el mexicano tiene una crisis de identidad, como lo decía Paz en su Soledad.