miércoles, 20 de junio de 2012

De Barrio de Blancos a Barrio de Negros

Es muy difícil encontrar alojamiento en San Francisco. Afortunadamente existen diversos métodos para explorar. Basta hacer una búsqueda en Google para encontrar decenas de sitios especializados. Me parece que el más utilizado es Craigslist. Un sitio web de anuncios clasificados; sobretodo entre particulares pero también algunas empresas. El sitio tiene un diseño simple pero efectivo. Sin embargo, como en todos los clasificados, abundan los fraudes, por lo que antes de comprometerse recomiendo navegarlo ampliamente para aprender a distinguir la veracidad de los anuncios. El mismo sitio insiste con sus advertencias para evitar los fraudes o scams.


Es tan difícil encontrar un lugar que, una vez solucionado el asunto, uno se siente "plenamente realizado". Por supuesto, si el presupuesto es ilimitado se puede conseguir un lugar cuanto antes. La renta promedio por un cuarto compartido, cerca de Downtown, ronda los 700 dólares mensuales. Imaginemos cuánto se disparan las rentas por un estudio o departamento. Un compañero, que literalmente vive a tres minutos del campus, paga a la semana 750 dólares por 30-40 metros cuadrados!


En mi turno, una eventualidad me encauzó a vivir en Russian Hill, un bellísimo y a veces monótono barrio con una vibra equivalente a vivir en el Pedregal o Echegaray, colonias popis del Distrito FederalUn grupo de alumnos se organizó para compartir una casa entre ocho o nueve personas y así reducir el elevado costo de la renta. Los requisitos eran simples: cercanía a la escuela con tres o cuatro habitaciones e igual número de baños y todos los servicios incluídos. La encontraron. Cuando uno de los futuros flatmates les canceló debido a que encontró una mejor opción, tuve la fortuna de estar en el lugar correcto y en el tiempo adecuado. Me ofrecieron su lugar y sin pensarlo demasiado lo acepté. La idea de compartir una casa por seis o más meses, con gente de cuatro distintos continentes es estimulante.


From Russian with Love
La casa en Russian Hill era de un estilo clásico. Tenía dos pisos, estaba totalmente amueblada y mantenía una interesante y variada colección de libros y arte. Tres habitaciones, dos baños, sala de estar, cocina y cuarto de lavado en la planta baja. Un estudio con baño y terraza en el piso superior. La terraza ofrecía una magnífica vista de la bahía. Era obviamente el mejor lugar para relajarse, meditar y a veces, divertirse.


Eran muy interesantes las vistas desde aquel lugar. Al norte, hacia la prisión de Alcatraz, se mostraba un trayecto de la entrada al área de la Bahía de San Francisco. Donde todos los días y a todas horas, cargueros y buques con destino a Oakland, anunciaban su llegada. Al este se encontraba Coit Tower, fetiche de varios artistas. Una elevada torre que, según las leyendas, se erigió en honor a un bombero; quien a principios de siglo aparentemente sostuvo una relación con una adinerada dama. Pero más allá de los simbólicos momumentos, la vista era magnífica y para muestra basta un botón.





Una de las ventajas que ofrece la escuela es la posibilidad de cursar los últimos módulos en diferentes campus. Dado que algunos de mis roommates optaron por dicho plan. Tuvimos que dejar aquella magnífica residencia. Si bien hasta el momento he vivido en tres o cuatro diferentes lugares, dejar Russian Hill me hizo reflexionar sobre la pronta extinsión de esta memorable experiencia.


Bayview 94124
Gracias a Craigslist encontré un acogedor lugar en Bayview. Quizá no sea la zona más segura de San Francisco, tampoco la más cercana a la escuela. Sin embargo tiene una riqueza interesante. La vibra del barrio se yuxtapone a los prejuicios que lo rodean. El "desafortunado" lugar quizás es el distrito de San Francisco mayormente afectado por la crisis económica, que de hecho tuvo sus origenes en el mercado inmobiliario.


Un excelente artículo en mi-semanario-de-confianza, SF Weekly, narra la evolución que Bayview a experimentado en los últimos años. El artículo disecciona cómo la crisis ha impactado a determinados linajes. Expulsando a algunos grupos y atrayendo a otros. De más está decir qué tonalidad de piel ha expulsado a otra. Sin perder todavía su heterogéneo equilibrio.

Al rondar por sus calles, sin embargo, las voces y cantos de la raza negra opacan a otras expresiones, manifestando mayoría y dominio. Pareciera que el barrio se aferra a su riqueza de antaño. Riqueza que más de una vez ha sido plasmada en sus fachadas y bardas. Cuyo colorido encuentro fascinante. Próxima parada el Old Skool Cafe, folklor, cultura y sabor!