lunes, 5 de marzo de 2012

Yo brindo por Toastmasters International!

Cuando escuché por primera vez las palabras Toastmasters International no pude evitar asociarlas con una etapa de mi vida cuando esta se cruzo con el Internacional Club de Leones. Tanto el logotipo así cómo el aura que rodea a la marca evocaron en mí una sensación similar. Aunque ambas asociaciones tienen en realidad fines muy distintos. Comparten el hecho más noble de abogar por una sociedad mejor informada y bienintencionada.

Aunque el club de leones realiza actividades de muy variada indole, en la mayoria de los casos enfocadas a las labores civiles y sociales, no deja de fungir como una asociacion de industriales con intereses comerciales comunes. Por otro lado, Toastmasters International busca basicamente educar o formar a líderes mediante actividades para mejorar el habla en público. De ahí su nombre. Maestros del Brindis.


Im Himmel gibt's kein Bier,
Drum trinken wir es hier,
Denn sind wir nicht mehr hier,
Dann trinken die andern unser Bier,
Prost!

De más está decir que el hablar en público ha sido uno de los peldaños que mas trabajo me ha costado cruzar en mi carrera, que por cierto se remonta a mi niñez, por lo que obviamente decidi volverme miembro de Toastmasters International. La actividad de iniciación es barbarica. Sin previa advertencia y empujado por los aplausos de todo el aula. Exige que todo nuevo miembro del grupo se pare ante el escenario y hable durante al menos un minuto. El tema. Se llaman Table topics. Adquiere su nombre por la similitud con una platica casual e informal alrededor de tomar un café. Una pregunta abierta lanzada por un orador quien selecciona a su victima, enfocandose especialmente en escoger a los que menos parecen querer hablar.

Las sesiones duran aproximadamente una hora y requieren de ciertos roles que deberan ser llenados por diferentes miembros del Club de forma aleatoria y voluntaria. El Toastmaster o maestro de ceremonias. El time-keeper o contador del tiempo. El grammarian o el encargado de anotar y corregir los errores gramaticales. El ah-counter, o encargado de contar las muletillas o filler words ah, eh, mmm, so, like, etc. Tres oradores, que tendran de cinco a siete minutos para decir un discurso que sera evaluado por el maestro de ceremonias. Y finalmente un table-topics master, encargado de victimar a los nuevos miembros o visitantes mediante una pregunta abierta sobre cualquier tema.

Mi iniciación fue catastrófica, no recuerdo la pregunta de table topics que tuve que contestar, solo recuerdo los aplausus incitándome a caminar al estrado y exponerme. El minuto que exige el protocolo se sintió como horas. Sin embargo esas horas fueron sólo 30 segundos segun el time-keeper. Antes y después de cada orador hay una ronda de aplausos, diseñados especificamente para motivar al orador. Esos motivacionales aplausos se convierten en tormentosos crujidos para un inexperto en hablar en público, sobretodo cuando el idioma no es el propio.

De los dos meses que llevo inscrito en el club hasta hace un par de semanas, había evadído (a veces consciente y a veces inconscientemente) el exponerme ante la audiencia. Digo evadido porque a pesar de no haberme ofrecido como orador voluntario, tampoco había vuelto a ser llamado para los table-topics. Hasta hace dos semanas, cuando (obviamente) decidí que si estaba en ese club era por la simple razon de mejorar mis habilidades para hablar en público.

Después de pagar una inscripción de 50 dólares, uno recibe un kit de bienvenida que consta de un par de libros sobre el protocolo y consejos, así como una inscripción semestral a una revista editada por dicho club. La guía que uno recibe incluye un listado con diez conceptos para discurso ((y sus interminables consejos) que uno deberá de completar para convertirse en un profesional. Los mismos deberán de ser evaluados y calificados en dicho documento para mantener un registro físico. El concepto del primer discurso es hablar sobre uno mismo. Exponer una anécdota, una historia o simplemente hacer una presentación de uno mismo con la que nos sintamos confiados y desenvueltos, sin la presión de memorizar algún guión preestablecido. En mi caso, narré una horrorosa experiencia que viví hace algunos años, en la cual por momentos sentí mi muerte, hecho que por cierto me hizo encannecer de un día para otro, y la cual compartiré con el único propósito de digitalizar la anécdota. Cabe destacar que meses después de vivir esa experiencia, todavía sentía escalofrios al momento de recordarla.

Le Temes a la Obscuridad?

...(la cual publicaré en el siguiente capítulo).