martes, 15 de febrero de 2011

¿Uno elige al campus? ¿o el campus elige a uno?

Cuando la suerte te sonrie, incluso de formas que pudieran llegar a parecer; por adjetivarlo, macabras, lo conveniente llega a ser el refugiarse en la sabiduría arcana, y como tal, tomar al toro por los cuernos.

La maestría que deseo cursar se ofrece dentro de dos campus en EU. Uno en la costa este y otro en la costa oeste. La diferencia que me obligó a optar por un campus determinado fue básicamente el costo de vida. Que según el sitio de la Universidad, es un 20% más caro en A que en B. Considerando la cercanía, el clima y sobretodo mis posibilidades de integrarme a un trabajo relacionado con mi maestría, la opción A sonaba la más cuerda. Desafortunadamente (y en la mayoría de los casos) lo que nos obliga a tomar una u otra decisión es casi
siempre la plata. Por lo que hasta hace unos dias, tenía contemplado cursar la maestría en el campus B.

La semana pasada recibí una llamada telefónica de mi asesor de Maestría. Me decía que el campus B al que apliqué se saturó con aplicantes del MBA que comienzan el mismo periodo que el mío. Motivo por el cual me ofrecían; ya sea un reembolso del 100% sobre mi depósito inicial, o un descuento adicional por concepto de reubicación :D Nada mal para tratarse de una casualidad.

Cualquier duda que tuviera al respecto fue disipada después de este evento. Aunque la posibilidad de un reembolso del 100% sobre mi depósito inicial nos da tiempo para pensar mejor las cosas. Las buenas oportunidades se presentan pocas veces, y diez mil dólares se ven bastante bien en cualquier solicitud de préstamo o beca. Sin embargo, sabemos que no son suficientes, y debemos seguir en esto. Siendo precisamente ése nuestro próximo objetivo.

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