domingo, 25 de diciembre de 2016

Entre Milán y Venecia

Una vez más, he decidido retomar el 'hábito'. Aquel que me llevó a hacer algunas publicaciones sin sentido, nihilistas pero sinceras.

Dado que no hay desdoblamiento que no lleve sus riesgos. No quiero retomar el 'hábito' con la misma  sinceridad con la que alguna vez lo mantuve. De hacerlo pondría en riesgo mi cuidadosa vida íntima. Misma que comprenderás me he esforzado en mantener de ese modo. Sobretodo por preferencia personal y rechazo a la sobre exposición del ego.

Así, vuelvo a las andadas con el único plan de retomar el typeo cual sinfonía moderna, dejándome llevar por el ritmo sonoro de las teclas. Pero no se diga que lo hago sin sentido. Más bien, lo hago con la intención de practicar el 'hábito'.

Cual artista se deja llevar por el pincel. He decidido dejarme llevar por las palabras, con la intención fundamental de encontrar el trazo oculto en ese lienzo infinito.

...

Nenúfar sobre agua estancada.

Tiene unas semanas que comencé el clásico de Kundera "La Insoportable Levedad del Ser". No dejo de maravillarme ante su prosa. Profunda y conocedora de los rincones del alma, y también con un sentido del humor prosaico. Para muestra uno de sus extractos.
Las tazas de váter en los cuartos de baño modernos se elevan del suelo como flores blancas de nenúfar. El arquitecto hace todo lo posible para que el cuerpo olvide sus miserias y el hombre no sepa qué pasa con los residuos de sus entrañas cuando rumorea por encima de ellos el agua violentamente salida del depósito. Los tubos de la canalización, aunque llegan con sus tentáculos hasta nuestras casas, están cuidadosamente ocultos a nuestra vista y nosotros no sabemos nada de la invisible Venecia de mierda sobre la cual están edificados nuestros cuartos de baño, habitaciones, salas de baile y parlamentos. 
El retrete del antiguo edificio suburbano de un barrio obrero de Praga era menos hipócrita... 
¡Cuánta poesía para describir una insoportable taza de baño! ¡Cuánta para ubicarnos al lado de Teresa, su protagonista!

Tanto me impacta el texto, que interrumpo la lectura para retomar el hábito. Interesante metáfora literaria del deshecho y la creación.

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